domingo, 14 de octubre de 2012

Las revoluciones liberales

Merveilleuses et incroyables

Y la historia se aceleró

Si en los siglos anteriores los cambios (constantes: nada permanece estático) se producen a un ritmo lento y sostenido, a fines del XVIII parecen multiplicarse a velocidad de vértigo, y afectar a todas las dimensiones de la realidad. Todos, los protagonistas actores y los protagonistas sufridores (los más) se sorprenden de la mudanza de los tiempos. Nada parece perdudurar: ideas, valores, creencias, instituciones, modas, diversiones, costumbres...

Pero a mediados del siglo XIX, cuando aparentemente las aguas se han remansado, Alexis de Tocqueville en su obra El Antiguo Régimen y la Revolución pondrá de manifiesto esta paradoja: mucho de lo que consideramos novedoso procede directamente de lo antiguo, y mucho de lo antiguo continúa activo en el presente.


Los nuevos materiales

Aquí tienes los apuntes del tema:
Y aquí la presentación:

Pero se aprende más viajando en el tiempo, y eso se consigue de forma rápida y barata mediante la lectura. Te propongo estos cuatro libros (que puedes bajar pinchando en ellos).

Dickens, Historia de dos ciudades
Auténtico novelón sobre la Revolución Francesa, especialmente en la fase llamada del Terror. Contrapone (de forma nada inocente) Londres y París que, de algún modo, simbolizan dos vías distintas hacia la modernidad de mediados del siglo XIX (cuando el autor escribe la obra). Como Dickens es inglés, es evidente cuál sale mejor parada...
No es un libro de historia, sino una ficción, y presenta los hechos históricos en función de la trama, y hay que ser consciente de ello. Ocurre de todo (como se decía hace años en la publicidad de las películas): amor y odio, generosidad y sacrificio, traición y venganza, y todo a la sombra de la guillotina. Los personajes (¡esa madame Defargue!) son muy literarios: buenos-buenos, buenos-malos, malos-buenos, y malos-malos...
Pero me parece que el alumno que quiera hacer un trabajo voluntario sobre este libro (comentario original de una página, sin resumen), ya tiene bastantes indicaciones.

Pérez Galdós, Zaragoza
El autor escribió a partir de 1872 los Episodios Nacionales, una excelente colección de novelas históricas que quieren reconstruir la historia de la España contemporánea desde la Batalla de Trafalgar (1805) hasta su tiempo. Naturalmente, son obras de ficción, y no de historia, aunque Galdós se documentó de forma exhaustiva. Como en la siguiente obra que proponemos, aunque de forma diferente, las ideas políticas del escritor se pueden percibir tras la narración.
En esta obra se reconstruyen los acontecimientos ocurridos en Zaragoza durante el segundo sitio (asedio) francés en 1809. Pero entre los acontecimientos trágicos que ocurren, discurren los personajes creados magistralmente por Galdós, que a pesar de ser estereotipos (los enamorados, el labriego aragonés, el avaro...) resultan tremendamente vivos.

Alarcón, Historietas Nacionales
Periodista, novelista y político, Pedro Antonio de Alarcón escribió esta colección de cuentos con un objetivo de tipo nacionalista parecido al de Galdós, aunque veinte años antes. Sin embargo el resultado es muy distinto: son narraciones breves, que confían sobre todo en atrapar la atención del lector y conducirle rápidamente hacia un final que le sorprenda. Abunda el recurso al humorismo y a lo sentimental, y resultan muy amenas.
En cuanto a los temas, están los relacionados con la guerra de la Independencia (los más), historias de bandoleros, de las guerras carlistas... En todas ellas (como en muchas películas actuales) se sabe en seguida quienes son los buenos y quienes los malos.

Hugo, Los miserables
Es uno de más importantes novelones del siglo XIX (un siglo de grandes, largos, amenísimos e imprescindibles novelones). En esta obra, el francés Victor Hugo (hijo de uno de los generales de Napoleón; estuvo en España) representó de manera perfecta aunque idealizada  la mentalidad y la acción de los revolucionarios liberales más radicales de la época.
El protagonista es Jean Valjean, auténtico y modélico sufridor. Lo conoceremos tras salir de prisión, donde ha pasado quince años por robar un pan (injusticias del Antiguo Régimen); del deseo de venganza pasará a reformarse, lo que le convierte rápidamente en un rico industrial que contribuye al bienestar de la población (revolución industrial); pero las élites tradicionales no perdonan, y volverá a ser perseguido, al mismo tiempo que protege a la pobrecita Cosette. Finalmente, tras muchas peripecias, se encontrará en las barricadas revolucionarias del París de 1832.
La novela es de todo menos inocente. Hugo tiene bien claro lo que se propone: enaltecer unas ideas políticas determinadas, y lo hace de manera magistral.

Para terminar. ¿Ya has decidido cuál (o cuáles) vas a leer? Descárgalas, y picotea en una u otra, hasta que te atrape una de las historias, y quieras saber más. Entonces, el libro dejará de ser largo y pesado, y las hojas caerán una tras otra como...


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